El informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) demuestra enormes falencias que posee Costa Rica, las cuales se han agravado con el pasar de los años. Pero antes tenemos que ser claros, toda la responsabilidad no se la podemos achacar a Carlos Alvarado, quien sin duda ha hecho una pésima gestión, pero esto viene desde hace mucho tiempo.
Vamos a ir por partes. Porque la OCDE repasa desde las remuneraciones, educación hasta las trabas burocráticas que trae consigo la apertura de una empresa en nuestro país. Donde la situación económica ya era crítica y con la pandemia de Covid-19 esta se terminó de agravar, generando un déficit fiscal de más de un 10%.
Ante esta delicada situación fiscal de Costa Rica, porque el sector productivo se encuentra sumamente golpeado y en muchos casos detenido por completo, salen a relucir grandes mentes que señalan la necesidad de una mayor intervención del Estado, que el gobierno debe de comenzar a gastar más para poder estimular la economía, medidas keynesianas. Lo que muchos ignoran es que tenemos más de 10 años en programas de “estímulos económicos keynesianos”
Según el Banco Mundial la deuda acumulada de Costa Rica asciende a los $27.819 mil millones, como si fuera poco. Prácticamente no tenemos margen de invertir o de estimular la economía, porque justamente no hay plata.
Esto representa un enorme reto para el país, porque a diferencia de la crisis de 1981-1982, la receta es mucho más complicada, cuando el país simplemente abrió sus fronteras y liberó el mercado. La deuda ya pasó la alarmante cifra del 50% del PIB. Ahora, continuar con esta mentalidad keynesiana no viene al caso, porque aún con grandes estímulos y altas cargas impositivas, el gobierno viene presentando déficits desde 2007, prácticamente los ingresos del Estado han sido siempre más bajos que sus gastos. Y para poder cubrir esos gastos es cuando el gobierno emite deuda.
Aún con una reforma fiscal, que trajo recursos frescos al gobierno, el déficit continuó creciendo. Recordemos que, después de aprobar el PACquetazo de impuestos, siempre existió un déficit primario, o sea que, antes de intereses o deuda, los gastos fueron mucho más que los ingresos, aún con una reforma tributaria. Pero esto no es porque el gobierno desarrolla grandes obras de infraestructura, no. Gran parte se va en remuneraciones. Algunos mencionan que Costa Rica no tiene o cobra la cantidad de impuestos equivalentes de los miembros de la OCDE, de hacerlo así este gasto sería mucho menor con respecto a los ingresos, claro está que abogan por más impuestos, para disfrazar el peso del sector público sobre el sector productivo.
Incluso la OCDE señala que este enorme gasto en remuneraciones es sin duda un factor que ayuda a la desigualdad. Ahora que está de moda de que algunos diputados hablan de “justa distribución de la riqueza”, los salarios en el sector público son un 50% más altos.
Esto se debe en gran parte al enorme y complejo Gobierno que posee Costa Rica, algunos se vanaglorian teniendo 330 instituciones, pero la verdad es que nos resta gran competitividad frente a la región. El informe señala que “hay una gran cantidad de instituciones no funcionales”, con duplicidad de funciones.
Con esto en mente, veamos lo que invierte el gobierno realmente en el gobierno, si le quitamos salarios y gasto en intereses. Evidencia que el problema es uno y enorme, el deficiente gobierno que como una sanguijuela absorbe todas las fuentes de riqueza y las destruye.
Para complicar todo, solo veamos un ejemplo, y es el gasto en educación. Destinamos cerca de un 8% de nuestro PIB en educación y los resultados son de ponerse a llorar. Somos el país que más destina en educación, pero aun así el nivel educativo viene en picada, porque una gran parte de ese 8% que muchos defienden se utiliza para el gasto corriente, sin importar los resultados.
Los resultados en las pruebas PISA vienen en picada desde hace una década, y aun así los gobiernos continúan destinando enormes cantidades de dólares sin pedir resultados, prácticamente estamos botando la plata. Esto es un catalizador para el rampante desempleo que atenta con llegar a un alarmante 30%, extendiendo la pobreza a lo largo y ancho del país, porque las fuentes de empleo o las oportunidades de empleo no son las mismas para todos los sectores, al tener una pésima calidad de educación pública, hace que tengamos prácticamente una generación rezagada, más la que venimos arrastrando desde hace 30 años.
Como mencionamos al principio, esto no es solo del PAC y Carlos Alvarado, esto son los resultados de años de políticas socialdemócratas que no ayudan en nada al país, lo que han hecho es estancarlo y ponerlo al borde de la quiebra.
La crisis que vivimos hoy no se originó hace dos o tres años, se originó desde el momento en que se abandonaron los principios legales y éticos sobre el manejo eficiente y eficaz de los recursos fiscales, donde ya no importa la ley, donde no importa que millones de colones se pierdan. Por eso la OCDE señala la extremada URGENCIA de aplicar la regla fiscal de manera pareja.
Ignorarla sería condenar la riqueza, los ahorros y los fondos de pensión de millones de costarricenses. La crisis ya llegó y está tocando la puerta, es decisión de Carlos Alvarado Quesada si la deja entrar o no.