¿Poder de las mayorías o de las griterías?

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Artículo de opinión

Este artículo representa la opinión de su autor y no necesariamente la posición editorial de SOMA CR.

Hoy es frecuente escuchar a grupos feministas hablando en nombre del bien común. Arrojándose la representación de todas las mujeres en su lucha «pro-aborto» y otras luchas.

Es común escuchar a líderes progresistas hablando en nombre del bien común cuando solicitan más y más impuestos «progresivos». Arrogándose la representación de todos los desprotegidos en su lucha contra la desigualdad.

Pero ¿Las feministas realmente representan a todas las mujeres? ¿Siquiera representan a la mayoría? ¿Al menos podrían considerarse un grupo de peso dentro del total de mujeres en Costa Rica?

Esos que defienden al pobre a través de su lucha contra la desigualdad ¿Realmente representan los valores y consignas de todos los pobres? ¿Su visión es la de la mayoría?

Analizando el tema del feminismo y su lucha pro-aborto por ejemplo, encontramos que en Estados Unidos, menos de 1 de cada 5 mujeres se consideran feministas. ¿Acaso en Costa Rica el feminismo es más fuerte? ¿Cuál es el dato en nuestro país? 

En el tema del aborto, por ejemplo, cuando en 2017 se hizo a los costarricenses (hombres y mujeres) la consulta ¿Apoya usted el aborto? Un 85% de los encuestados dijo que no. El 11% dijo que sí y cerca de un 4% dijo estar indeciso. En tal sentido, está consigna feminista proabortista ¿es realmente una lucha por el bien común? ¿Realmente es una lucha de interés para la mayoría? Por supuesto que no.

En otra encuesta, cerca de la mitad de la población dijo estar a favor de un aborto cuando la vida de la madre corría peligro. En ese sentido, a pesar de que existe división de opiniones, ya existe normativa legal. El artículo 121 de nuestro código penal establece que: «No es punible el aborto practicado con consentimiento de la mujer por un médico o por una obstétrica autorizada, cuando no hubiere sido posible la intervención del primero, si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y éste no ha podido ser evitado por otros medios.» Dicho artículo cuenta con una norma técnica de aplicación aprobada vía decreto ejecutivo en 2019.

Entonces, siendo este punto del aborto terapéutico ya un tema regulado ¿Cuál es la lucha que actualmente sostienen los grupos feministas?

Evidentemente es una lucha impopular y que no representa ninguna mayoría. Y aún así es planteada como si lo hiciera por estas pocas personas. Tampoco es una lucha para salvar vidas (puesto que para esto ya hay ley). Más bien es una lucha para acabar con la vida de seres humanos no nacidos en justificación de la irresponsabilidad.

Caso similar el de los líderes «progresistas» que hablan de desigualdad como un problema y alzan la voz en nombre de los pobres.

Al analizar las encuestas, encontraremos que los temas que ocupan un lugar protagónico en las preocupaciones de los ticos son: desempleo, inseguridad, corrupción, costo de la vida y 7 u 8 más. Pero ni siquiera un 1% de los ticos considera la desigualdad como un problema. Lo cual resulta bastante comprensible, dado que la desigualdad no es un problema real. Es solamente un problema «inventado» con el fin de justificar una agenda de políticas públicas altamente invasiva y abusiva.

Estos grupos feministas, progresistas… Y otros que se les parecen no son ni de lejos la voz de la mayoría. Tampoco representan la defensa del bien común.

Son más bien emisores de mensajes que tienen a dar la impresión de ser dominantes. Hoy día vemos como las redes sociales, Netflix, Hollywood, los Gobiernos, las Universidades Públicas, Organismos Internacionales… Y varias de las plataformas generadoras de opinión pública han adoptado estos mensajes convirtiéndolos en relatos hegemónicos a nivel de medios.

Pero que siguen siendo débiles y tienen poco peso en los hogares de los costarricenses.

¿Cómo un tipo de mensaje que no tiene apoyo de casi nadie se convierte en un tema de discusión en la política nacional?

Buena parte de la respuesta pasa por esa hegemonía comunicativa que le otorgan esos medios de comunicación y generación de opinión que cité. 

Sin embargo, otra gran parte de la explicación tiene que ver con los métodos. Estos grupos son expertos en hacer escándalo. En irrespetar símbolos culturales de gran valor para la verdadera mayoría. Son violentos, bulliciosos, vulgarmente obscenos al comunicarse y, por tanto, llaman fácilmente la atención, al punto de que casi logran monopolizarla.

En tal sentido, la democracia se debate hoy día entre el poder de las mayorías y el poder de las griterías.

Es responsabilidad del pueblo costarricenses el ignorar las griterías y empezar a enfocarse en aquellos asuntos que verdaderamente son de interés común.

Si eso sucede, en las próximas elecciones del 2022 hablaremos de empleo, finanzas públicas y el rol del Estado. Ya podremos dejar atrás aquellos temas escandalosos que nos han obligado a debatir esos pequeños grupos de irrespetuosos, aún cuando ni siquiera existe el debate.

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