Delirios de un difunto: CNP y el arroz

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Artículo de opinión

Este artículo representa la opinión de su autor y no necesariamente la posición editorial de SOMA CR.

Esta noticia nos informa de tantas cosas que están mal en este país que uno no sabe ni por donde empezar; y creo que nunca es suficiente denunciar una de las tramas más perversas de entrega de los intereses nacionales a manos de un oligopolio privado que ha sucedido a vista y paciencia de muchos, con la connivencia de casi toda la clase política actual, y que afecta a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.

Tras de que la política arrocera de este país ha estado en manos de unos cuantos productores amparados a ese oligopolio; ahora el gobierno PAC quiere meter al CNP, sí al CNP, esa institución estatal con pérdidas de 9 mil millones de colones, a convertirse en empresario importador de arroz, trayendo arroz barato de fuera para venderlo caro en Costa Rica. Siempre con la maravillosa excusa retórica de «favorecer a los pequeños y medianos importadores de arroz» que ha sido la mampara que han usado por años para tapar el obsceno favorecimiento para unos cuantos ricos agroindustriales que se han beneficiado por años con un subsidio perverso de parte de los consumidores. Y como nunca está de más explicar en qué consiste ese perverso proteccionismo estatal para unos cuantos procedo a explicarlo.

Empecemos por el principio : la creación por ley de la Corporación Nacional Arrocera (CONARROZ), en el 2002 fue la puesta en marcha de un negocio multimillonario para favorecer a unos cuantos grandes agroindustriales arroceros, escondiéndose en las reales necesidades y carencias de miles de pequeños arroceros que tenían muy baja productividad, poquísimo apoyo del MAG y pocas posibilidades de subsistir sembrando arroz de una forma competitiva. En vez de ayudarlos de forma real con procesos de reconversión o extensión agrícola, créditos blandos y demás, lo que se prefirió fue montar un esquema oligopólico de negocio donde unos cuantos se repartirían miles de millones de subsidios, vía altos precios al consumidor, y de los que los pequeños y medianos recibirían migajas para tenerlos contentos sobreviviendo, pero no pudiendo mejorar ni aumentar su capacidad productiva.

Su ley de creación les dio grandes concesiones al sector, como aportar el cálculo de los precios de cada etapa e impedir todo grado de competencia; les concedió una generosa protección arancelaria y les entregó, vergonzosamente, el monopolio de importación del grano, sin pagar aranceles, dejando a su discreción determinar esa necesidad.

Con ese esquema se suponía que nuestro sector arrocero iba a ser más productivo, que íbamos a poder auto abastecernos y toda la demás retórica de los proteccionistas criollos. Sin embargo no fue así, nuestro sector arrocero con 20 años de implementado ese perverso sistema, produce menos, importa más y mientras tanto los consumidores de arroz pagamos un arroz a precio de oro. Y como el arroz uno de los productos más consumidos por todos, los pobres son los que les pagan el subsidio a unos cuantos millonarios. Y procedo a dar números para que veamos lo que se llevan en ese negociazo. Y acá tomo prestado de don Dennis Meléndez Howell algunos de esos datos:

«En un estudio del 2014, Bernal Jiménez Chavarría estimó el monto de los subsidios pagados por los consumidores a los productores, solo por este concepto, en $130,8 millones anuales.

La repartición no es equitativa entre los productores: “Estos $130,8 millones se reparten entre los agroindustriales según el porcentaje de ventas que cada uno realiza (6 empresas se dejan el 90,1 %)”. En otras palabras, solo el “menudillo” va para el resto de los productores.

Desigualdad real. Cada uno de los grandes agroindustriales recibe la bicoca de $53.813 diarios ($19,6 millones al año). Los pequeños productores reciben, entre todos, tan solo $2,2 millones, apenas $16 al día para cada uno ($5.840 al año). Esto no soluciona ningún problema.»

Pero ahora además el CNP, a través de su presidente ejecutivo, nombrado obviamente por presidente Alvarado, dice que quiere meter al CNP a importar arroz y se reserva parte de esa cuota, con la consabida excusa de favorecer a los pequeños y medianos productores.

Creo que no hace falta explicar cuan ineficiente e incapaz ha sido el CNP en ayudar a los productores agrícolas de este país, desde su creación, las quejas de los agricultores no han hecho sino crecer y aumentar, pero además pensar que estamos volviendo a un estado empresario, ahora importador de arroz barato del extranjero para vendérselo caro a los costarricenses raya ya en la perversión absoluta. ¿Será que CODESA le suena todavía a alguien en este país? ¿Por qué será que nadie o muy pocos en nuestra academia han estudiado el monumental fiasco y despilfarro de dinero que fue esa empresa creada por el PLN y que duramos décadas en pagar sus pifias y desastres, dinero que pudimos haber destinado a otras cosas más productivas que meter al estado de empresario y quebrar todo lo que tocaba?

Pues sí, por lo visto esa es la Costa Rica a la que queremos volver. Ese es el «estado social de derecho» que unos pocos defienden con uñas y dientes, uno que beneficia a unos pocos en detrimento de las grandes mayorías. Ojalá entendamos que no es volviendo, sino saliendo de esos grandes fiascos que haremos de Costa Rica un país más rico, más productivo, con menos pobreza y desempleo. es haciendo lo contrario de lo que hemos hecho hasta ahora y nos ha salido tan mal.

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