Bueno, ya el PLN pasó por su convención y definió su candidato que presentará a las elecciones del 2022. Lo hizo de forma democrática y mi felicitación para el candidato ganador y la gente que le trabajó y creyó en él. En un sistema republicano como el nuestro a pesar de estar en aceras contrarias, uno debe de felicitarse de la normalidad democrática de nuestro país y de los partidos que la conforman.
Para quienes estamos metidos en política creo que el resultado era el esperado, un partido que lleva años en la llanura se iba a decantar por un candidato que despertara el sentimiento caudillista y más atávico de su electorado para aspirar a lo que aspiramos todos, llegar al poder y poder plantear nuestras propuestas. La política, pese lo que nos pueda pesar, es emoción y no siempre va unida a la razón. Por eso era lógico y esperable que triunfara lo poco que les queda en ese partido de sentimiento de grupo y de manada, necesitaban aglutinarse y bueno, a pesar de que tuvo muchos contendientes, él logró unir lo poco que queda de un partido completamente desestructurado, ayuno de ideas y de liderazgos nuevos.
Desde mi acera liberal el triunfo de Figueres no hace sino reafirmarme en lo que creo y estar consciente de que las ideas que llevamos en la coalición en la que trabajamos, son las ideas correctas y necesarias para que Costa Rica de un verdadero paso hacia adelante y haga, de una vez por todas, las reformas estructurales que necesita para ser un país puntero y motor del progreso y el crecimiento económico del siglo XXI.
El figuerismo es más de lo mismo que hemos tenido en las últimas dos décadas, nada más que con envoltorio verdiblanco, con un barniz ecologista y con un discursito rajón (y lamentable) de tener conexiones internacionales, y claro que las tiene, si de eso y su pensión millonaria ha vivido los años que pasó en su ostracismo autoimpuesto. Hoy escuchaba a Figueres hablar en Amelia Rueda y decía que creía en más impuestos para el sector productivo para mantener al estado y habló de redistribuir la riqueza, que obviamente es una muletilla socialdemócrata, pero que en Costa Rica y en la realidad de los últimos años ya sabemos qué significa: redistribuirla en los allegados al poder y a los grupos de presión, pero no a toda la población que es la que más sufre los embates de la crisis.
Tener como un contendiente más en la batalla electoral a Figueres es una ventana de oportunidad maravillosa para nosotros los liberales y el centro reformista, porque nos deja el espacio y protagonismo para hablar de lo que verdaderamente se necesita para hacer salir a este país adelante, sin miedo y con valentía. Para hablar de mejorar la productividad, reducir el desempleo y hacer más barato a este país. El liberacionismo puso en bandeja de plata al PAC el debate de la ética y la corrupción una vez más, ya ayer una de sus precandidatas (Carolina Hidalgo) lo demostró al sacar un video centrando su batalla con Figueres en si era un ladrón o no, si fue un corrupto, o en sus cuestionamientos que los tiene para regalar; y por ahí andará la procesión. Pero en lo sustancial no debatirán porque creen en lo mismo, creen en el mismo modelo de estado clientelar y proteccionista, ni el PAC ni el PLN se atreverán a hacer de nuestro aparato estatal uno moderno y eficiente que se centre en los servicios que presta y en los ciudadanos que son usuarios de esos servicios. Sus compromisos con los gremios, las cooperativas, los productores chineados y protegidos son muchos, y hacer un verdadero cambio requiere enfrentarse a lo que no se le han querido enfrentar por años.
Nosotros tenemos una oportunidad de oro para hacer ver a ese gran electorado que no se ha decidido aún que lo de el PAC y el PLN es una batalla de Caín y Abel que no terminará nada bien. Costa Rica se merece algo más que un pleito de hermanos por la administración del negocio de los papás que terminará poniendo a uno a administrarlo, pero que indefectiblemente llevará al negocio a la quiebra porque los dos lo administran de la misma forma.
Queda muchísimo camino por recorrer y son demasiadas las oportunidades para los que ofrecemos algo verdaderamente distinto. El techo del figuerismo es muy bajo, y quiero ver ahora como encontrarán nuevos votantes siendo que ayer los despreciaban tanto. Y nos toca a los demás hacer ver también que lo que ofrece JMF es exactamente más de lo mismo que hemos tenido con 8 años del PAC.
Mucho votante figuerista dice que votó por él sin importar que ya supieran la leche que da, solo para sacar al PAC. Desde mi humilde opinión, si una campaña parte del otro y no de las propuestas propias, es una campaña perdedora. Porque lo que la define no es lo que propone sino a quien va a sacar. Ayer se quejaban los figueristas de los que iban a votar en contra de JMF, pero no se dan cuenta que su narrativa se basa en lo mismo, en sacar al otro. Pero bueno, a veces la emoción obnubila y no deja separa la paja del trigo.
Yo la verdad me siento con más ganas de seguir trabajando durísimo con la coalición con la que estoy trabajando. No hemos parado un minuto, y me emociona lo que veo y la mística de quienes trabajan a nuestro lado. Son muchos los que cada día se suman a este esfuerzo y se que vamos a llegar a donde nos propongamos llegar.