El cobre y la libertad

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Artículo de opinión

Este artículo representa la opinión de su autor y no necesariamente la posición editorial de SOMA CR.

En Chile se discutió hoy la nacionalización de la industria minera del cobre y litio. La votación terminó con 64 votos a favor (una mayoría simple) en la Convención Constitucional.

La norma (art. 27) de la nueva constitución que nacionaliza todas las empresas mineras bajo el pleno y exclusivo dominio del Estado, requería de una mayoría de dos tercios.

Desde hace unos 35 años Chile es el país más exitoso de América del Sur, además, tiene el mayor PIB per cápita de todo Latinoamérica.

Entonces, ¿cómo explicar que Chile con la economía más exitosa de la región, una mayoría de sus congresistas apruebe nacionalizar las industrias más grandes del país?

Se demuestra (una vez más) que la batalla por la Libertad no se gana recitando el catálogo de las cifras macro-económicas, ni tampoco citando índices de libertad.

Hablar sobre los precios, la oferta y la demanda, los niveles salariales, los tipos de interés, la devaluación, la inflación, el déficit presupuestario, el PIB, etc., es necesario -; pero nunca y jamas será suficiente.

La guerra en favor de la libertad es cultural. Röpke explica:

«(…) la economía de mercado como campo de libertad, espontaneidad y libre coordinación no puede prosperar en un sistema social que es justamente lo opuesto.» (Economía libre y orden social, Wilhelm Röpke, 1960)

Esto significa que una economía libre necesita de un entorno cultural y moral que la sustente. Sin ese oxígeno vital se marchita irremediablemente.

Röpke afirma que es necesaria una cultura basada en la responsabilidad individual, en la vida familiar, en el ahorro, la honradez, el gusto por el trabajo y la tradición en un orden natural.

Sin estos ingredientes la libertad no prospera ni puede perdurar. Es lo que miramos hoy con tristeza en Chile.

Röpke profetiza:

«Tener deudas se convierte en una virtud positiva, ahorrar, en un pecado mortal. Vivir por encima de nuestros medios, como individuos y como naciones es la consecuencia lógica. ¿Y esto qué es sino «entbuergerlichung», desarraigo, proletarización, nomadización? ¿Y no es esto precisamente lo más opuesto a nuestro concepto de civilización derivado de la civis, el «buerger»?» (Ibidem)

Sí lo es. Es necesario una sociedad donde se respeten y se hereden de una generación a otra ciertos valores morales, para que sea posible vivir en libertad.

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